24 de julio de 2011

Estar en Zapatillas de Casa...

Hay personas en la vida con las que me pasa algo curioso. Supongo que a cada uno de nosotros nos pasa... Existen familiares, amigos...a las que puede que hace muchos meses que no ves, o que incluso hace mucho tiempo que ni siquiera has hablado con ellos. Pero llega el día en el que os reencontráis, en los que pasais unas horas juntos, y tenéis esa bonita sensación de "estar en zapatillas de casa"... No, no estoy loca (aunque a veces lo parezca). Me refiero a que sientes el mismo cariño y la misma confianza que con aquella persona a la que ves a menudo. Que sientes la misma comodidad y la fluidez de cuando no ha pasado tanto tiempo... Que no hace falta más de cinco minutos para compartir en qué punto estáis en la vida y a partir de ahí, sientes lo mismo que si la vieras cada día... No sé, hoy la princesa y yo hemos pasado el día con varias de estas personas, y volvía a casa pensando que no sé que es lo que hace que esta conexión sea especial. Puede ser que haber compartido nuestros primeros años nos trae bonitos recuerdos, que nos unan tantas cosas que no haga falta encontrarnos a menudo para contar con esas personas... Y sacamos sin darnos cuenta la esencia de esos años pasados, donde se sentaron unas bases sólidas y una bonita confianza y respeto, y miramos al presente desde el mismo punto. Y sé que sigo pudiendo contar con ellas, agarrarme a esas raíces y seguir sintiendo la comodidad de estar en zapatillas de casa después de que el tiempo y la distancia haga de las suyas...

22 de julio de 2011

Os Regalo la Imagen de la Inocencia...

Sin palabras...

Mi Familia de Dos...

Últimamente tengo el blog un poco parado. Lo reviso cada día por si alguno habéis puesto comentarios, pero la verdad es que no tiempo físico, ni muchas veces estado anímico, para pararme un poquito y descargar escribiendo. El estar sola está empezando a pesar, hay días, y sobretodo noches, en los que todo esto se hace demasiado duro... La princesa a su vez tiene el horario trastocado (¡Que buena es la rutina del invierno!) y se duerme tardísimo, por lo que el tiempo de estar tranquila en el ordenador o en el sofá se reduce considerablemente... 
Por otro lado, estamos ahora inmersos en todo el proceso legal del divorcio, y es lo que me ocupa la mayor parte de mis pensamientos... Que digo yo, la gente debería hacer una carrera, licenciatura y con un año de prácticas en el extranjero, para divorciarse...A mi nadie me avisó, que aun no habiendo conflictos graves, siendo de mutuo acuerdo y con un largo trabajo previo de mediación, esto iba a ser tan difícil. Y eso que tenemos 4 perras...no quiero pensar cómo resultará para parejas con 20 propiedades, acciones, herencias y graves conflictos...Y luego esta la abogada... Soy de la opinión de que en cuanto un abogado entra en una situación, empiezan a haber malos rollos y problemas, donde antes éstos ni asomaban (con todos mis respetos hacia los abogados...) Y no me quejo de abogada, le verdad es que no hace más que su trabajo, pero tiene la habilidad de que él y yo salgamos enfadados tras hablar con ella, cuando habíamos entrado contándonos tranquilamente cómo nos había ido el día...
En fin...que hoy que la princesa se ha dormido menos tarde que otros días,no me he puesto a escribir para contar solo miserias, y además me propuse que fuera un blog bonito, que mirara al futuro... 
Y hay partes positivas en todo esto... 
Hay momentos en el día que estoy empezando a experimentar la sensación de ser una familia de dos (monoparental, creo que la llaman...). No está del todo mal. Es una situación íntima, de inmenso amor y de bastantes silencios, pero bonita a su vez. La princesa empieza a ser capaz de llevar conversaciones más o menos largas, y es muy bonito contarnos cómo nos ha ido el día... Estoy dando importancia a las cenas, los raticos de recoger el día en palabras y planificar el siguiente. 
En la "casita de mamá", apenas ya se ve la televisión, y empiezo a disfrutar con más calidad y calidez de los raticos que estamos juntas, no viéndola tan bebé y mirándola como una personita que en estos momentos necesita que papá y mamá estén muy presentes, no solo de forma física, si no "de verdad". 
No, si al final va a haber cosas que mejoren con esta situación y nos ayuden a ser mejores padres y todo...

16 de julio de 2011

Benditos Yayos...

Algo ya me olía yo de la importancia de los abuelos en la vida de los nietos a partir de mi propia historia. Mis abuelos maternos han tenido un papel primordial en mi vida: me han cuidado, me han enseñado, me han acompañado, me han reñido y me han consentido... y hoy en día, con mis taitantos, son personas aun sumamente importantes en mi vida, y de quien sigo aprendiendo, sobre el coraje, la humildad y la capacidad de lucha. 

Pero es con la princesa con quien mis intuiciones se han ido confirmando. Qué suerte es poder contar con unos abuelos que desde la experiencia y la paciencia, puedan acompañarle en el descubrimiento de la vida. Pero en el descubrimiento desde la observación, desde la experimentación, desde la serenidad y el sosiego que les ofrecen los años. Que le puedan contar treinta y dos veces seguidas el cuento de "La ratita presumida", cantarle una y otra vez "Duerme negrito" o estar tirado por el suelo durante horas, a pesar del dolor de huesos...Y la princesa adora a sus abuelos, y a sus bisabuelos, de los que todavía puede disfrutar...

Y aun cobran más valor tras estas pruebas de la vida, donde los ya abuelos se reconvierten en padres, que aunque no han dejado de serlo, toman ahora tintes diferentes. Y yo a veces me vuelvo a sentir más hija, más niña, más cuidada, mimada e incluso consentida... Que red más importante para amortiguar esta caída al vacío. Si no fuera por ellos... Y siguen esperando, aguardando pacientemente a que la princesa y yo volvamos a recomponer cada cosa en su sitio y a tomar todas las fuerzas para emprender esta nueva etapa...

INFINITAS GRACIAS...

14 de julio de 2011

Cuando la Princesa descubrió que tenía Olfato...

Desde hace unos días, para la princesa, todo huele. Tiene la pituitaria más desarrollada que pinocho, y es bonito ver cómo ha descubierto otra forma de ver la vida: por la nariz. Creo que eso lo ha heredado de mi. No la nariz, si no la sensibilidad para los olores. Estos días, en la playa, he estado observando cómo pegaba su naricita a cada cosa que caía en sus manos, a mi pelo cuando la cogía en brazos, a la piel... Todo el camino en coche lo ha analizado olfativamente: "Mamá, huele a vaca..." "Mamá, huele a caca..." "Mamá...¿A que huele?"... Una de las noches, cenando en la calle, venía un genial olor a jazmín, del que yo venía disfrutando hacía un rato. La princesa se acercó a mi y me dijo:
- Mamá...
- ¿Qué princesa?
- ¿A qué huele?
- Umm... Huele a jazmín. Mira, son esas flores de ahí...
Pero a ella no le debió gustar nada el olor, porque respondió:
- Mamá...
- ¿Qué?...
- ¡LAS FLORES SE HAN HECHO CACA!

4 de julio de 2011

Cerrado por Playaciones...



Y con este olorcito a San Fermin, y con una mezcla de nostalgia, ilusión y necesidad, nos vamos seis días a la playita de Xilxes, esperando que amaine el temporal emocional y que las cosas comiencen a ponerse en su sitio... A la princesa le vendrá muy bien jugar y explorar durante todas las horas del día, y a mi, oler el mar y realizar la fotosíntesis en la medida que pueda... Nos llevamos los pañuelicos rojos, por lo que pueda surgir, y aquí dejamos la ropa preparada, para que a la vuelta, que nos sentará mejor el blanco sobre la piel bronceada, disfrutemos de lo que quede de fiesta... ¡Hasta el 11 de Julio!

Agujeros en la tripa...

"Princesa, hoy te ha costado un montón coger el sueño. Me da la sensación de que sentías el mismo agujero en la tripa que siente mamá. Es como si de pronto la casa se hubiera hecho enorme y nosotras más pequeñitas. Es una sensación que no me gusta tener. Pero a la vez, siento que eres una campeona y que lo vas a llevar genial. Lo sé. Este fin de semana hemos empezado a disfrutarte por separado y creo que lo has llevado muy bien. Sin embargo, parece que esta noche es como si te hubieras hecho consciente de todo y estabas nerviosa. Has preguntado por papá, pero cuando te he vuelto a explicar donde estaba, te has sentido tranquila, segura. Seguro que él también tiene el agujero en la tripa."
"Pero estate tranquila princesa, ese agujero poco a poco lo iremos llenando, o no, pero nos acostumbraremos a tenerlo ¡y hasta le cogeremos cariño! Tenemos tantas cosas por vivir aun... Ni papá ni yo vamos a dejar que ese agujero te haga más daño del necesario. Y nosotros, que somos mayores, nos lo iremos curando cada día. Buenas noches princesa..."

1 de julio de 2011

Y aquí comenzó todo...


"Princesa, mamá y papá tenemos que decirte algo. En los últimos días, nos has visto más tristes, incluso a veces has visto a mamá llorar... Bueno, pues papá y mamá hemos decidido que para poder seguir queriéndote muchísimo como hasta ahora, vamos a tener que vivir separados en dos casitas diferentes. Hemos pensado esto por cositas de mayores, no tiene nada que ver contigo porque a ti te adoramos. Papá y mamá están muy tristes por ello, pero es necesario que sea así para poder seguir siendo felices. Así que mamá y Noa van a vivir en esta casita desde ahora, y papá vivirá en otra casita, donde Noa irá muchas veces y tendrá su cuarto y sus juguetes (mientras le decíamos esto, le dibujaba en un papel dos casitas, con un camino que las une donde se encuentra Noa, sonriente)"
Ella permanecía inmóvil, mirándonos atenta y con toda la inocencia del mundo... Cuando terminamos de hablar exclamó: "Mamá, se ha quitao las uñas, ¡A pintar!", diciéndome que le repasara la pintura rosa que se le había quitado de sus pequeñas uñitas de princesa... Él y yo nos dijimos con la mirada: "Esta no ha entendido nada..."
Esa noche mientras le contaba el cuento de antes de dormir, la princesa exclamó:
- Mamá...
- ¿Qué cariño?
- Mamá y papá enfadaos...
Me quedé helada y con la lágrima en el ojo solo pude responderle: "No, papá y mamá están tristes"...
Al día siguiente pintamos el dibujo de las dos casitas y lo colgamos en su habitación. En los siguientes días ella lo rompía cuando se enfadaba, lo reconstruíamos y volvíamos a hablar de ello. Ella dibujaba garabatos de colores en los papeles y decía "Una casita y otra casita" o "La casita de mamá y la casita de papá". ¿Quien dice que los niños de dos años no se enteran de nada?
Y aquí comenzó todo...