Este fin de semana, la Princesa ha estrenado las noches en su otra casita... Hasta ahora, aunque el reparto del tiempo de la princesa con su papá y conmigo ha sido lo más equitativo que hemos considerado, siempre hemos priorizado la flexibilidad a la equidad, ya que creemos que es la fórmula para que la princesa no eche en falta apenas nada de cuando su casita era sólo una...
Pues lo dicho, que aunque el papá de la princesa y yo ya habíamos hablado de empezar con las noches en su otra casita el mes que viene, las circunstancias han hecho que esto se de de forma casi improvisada. La princesa pasaba el sábado en casa de papá, y antes de que yo llegara, se estaba quedando dormida, estaba muy cansada. A mi me quedaba un buen rato para ir a por ella, así que hablé con el papá y decidimos que se quedara a dormir con él. Se lo dije a la princesa por teléfono, algo que no me hubiera gustado hacer de esta forma, y su reacción primera fue llorar y llorar. El papá y yo pensamos que nos debíamos mantener en ello, seguro que su llanto tendría más que ver con la falta de planificación que con otra cosa...
A los cinco minutos, Noa me llamó del teléfono de papá...Él le había explicado las cosas y ella me dijo contenta:
- "¡Mamá, voy a dormir con papá!¡A cenar salchichas con tomate! ¡Y mañana con mamá!"
Me inundó una tranquilidad infinita... Y que pocas madres divorciadas pueden decir esto. A la vez una nostalgia profunda, volví a sentir ese maldito agujero en la tripa...En mi cabeza no paraba de sonar ese "Tranquila mamá, lo estáis haciendo bien...", mientras pensaba como sería mi primera noche en casa sin ella... Lo grande que se iba a volver a hacer el espacio...
Y cuando el torbellino emocional pasó, volvió la plena confianza. En ella y en su padre. En su padrazo. Por que de ahí viene la tranquilidad. Yo siempre he dicho que quiero que mi hija disfrute de su padre, que él le dará muchas cosas que yo no puedo darle. Y vaya si puede. Creo que es el mejor padre para Noa. Creo, que aunque como pareja no hemos sabido hacerlo, como padres coincidimos en lo necesario y somos capaces de compensar nuestras diferencias... Y aun hay personas que se empeñan en ponerle la etiqueta de "malo de la historia", solo porque siguen creyendo en los príncipes azules y el amor eterno o porque necesitan rescatarme a mi como "víctima" de esta historia. Qué mala es la ignorancia.
Y la señal más importante de que mi hija es feliz estando con él, es ver su carita cuando la recojo en su otra casita, cuando se despide de papá o le digo que él irá a buscarle al cole...
Y aunque creí que nunca llegaría, llegó el domingo por la noche del fin de semana más largo de mi vida. Feliz, contándome todo lo que había hecho con papá, que había visto un partido de fútbol, había jugado a princesas...
Sería egoísta por mi parte querer tenerla siempre a mi lado (aunque hay veces que lo deseo con todas mis fuerzas). Y aunque por la edad de la princesa aun consideramos que es mejor que tenga una casita de referencia donde dormir la mayoría de noches, es una maravilla sentir que es feliz en sus dos casitas... En las dos Casitas de Noa...