8 de septiembre de 2013

Aquel Día...

"Hoy estoy tranquila, ilusionada, feliz, esperanzada... Siento millones de mariposas en la tripa. Hoy es uno de los días más felices de mi vida (entre los tres primeros diría yo). Un día con el que soñaba desde niña y todo saldrá perfecto. Y lo recibo desde una serenidad que nadie cree, porque mi principal objetivo es disfrutarlo y respirarlo cada segundo, empaparme de él."


Y de esto, mañana, 9 de septiembre, hace 7 años. Siete años de una fiesta mágica donde celebraba y acuñaba mi amor por aquel chico que estaría a mi lado el resto de mi vida. Resultó que "el resto de mi vida" era demasiado. Pero por aquel entonces ninguno de los dos lo sabíamos. 
Hoy en día pienso que estábamos sentando las bases del amor del que Noa nacería y en el sigue creciendo, aunque en un formato distinto, digamos. Así que tuvo su sentido. Y vaya si lo tuvo, mejor resultado no pudo haber.

Luego llegó ella, y dos años más tarde, el CAMBIO. No el fracaso, el cambio. La crisis. Primero de pareja, luego personal. En mi caso de fe, como madre, como amiga, como hija, hermana, económica, como persona... y en resumidas cuentas, la CRISIS VITAL. Los duelos, los errores, los tropiezos y nuevas esperanzas, los reajustes, los encuentros conmigo misma, con mis silencios. Los encuentros cara a cara con mi pequeña, ella y yo como familia de dos. Y con el tiempo, la ayuda de tantos en el camino y el trabajo personal, el aprendizaje y el CRECIMIENTO.

Hace ya dos años y medio del "gran cambio" en la película de mi vida. De aquel punto de inflexión. Y puedo decir que después del fuerte huracán, me empiezo a encontrar tranquila, ilusionada, feliz, esperanzada... De forma distinta a la de hace siete años, pero casi la misma emoción.
Que algunas personas han salido de mi entorno, muchas han cambiado de rol... pero otras nuevas han entrado y están tomando un valor importante. No sé si estas personas se quedarán a tomar café o un ratito más largo. Los miedos están ahí, pero eso ya no me atormenta. Lo que importa es que ahora, me están haciendo FELIZ. 

Y a día de hoy también puedo decir que recibo lo que va viniendo desde la serenidad, porque, ahora también, mi principal objetivo es disfrutarlo y respirarlo cada segundo, empapándome de cada momento. Como aquel día, hace 7 años...


6 de septiembre de 2013

La Vuelta al Cole...

Hoy empezamos un nuevo curso en el cole... Ya el segundo. Noa ha entrado feliz, la verdad... Este verano la princesa no ha crecido tres meses. Ha crecido tres años. En cuando a rutinas y hábitos, el lenguaje, el razonamiento... Me tiene alucinada y enamorada. A la vez haciendo mi propio duelo, porque cuando hoy su papá y yo la sonreíamos en la puerta de los chiquitos mientras ella nos lanzaba besos mirando hacia atrás, a mi se me pasaba por la cabeza que cualquier día la estoy despidiendo en la "puerta de los mayores", por la que entran los niños de primaria...

La verdad es que este verano ha sido bonito. 
Duro también a momentos, la he echado muchísimo de menos cuando no he estado con ella, pero también bonito. Por la misma sensación que sientes cuando vas colocando las piezas en un puzzle caótico que tienes sobre la mesa, por la misma ilusión que hace ir viendo que las piezas encajan. 
Es increíble (a mi a veces incluso me asusta) la naturalidad con la que Noa ha integrado el hecho de tener dos casitas, o de tener vacaciones alternas con papá y con mamá. Es increíble ver como tiene sus pequeños pero elaborados mecanismos de defensa para no echar de menos demasiado a uno cuando está con el otro, y la autenticidad cuando dice echar en falta a papá o a mamá, asumiéndolo todo. Cómo expresa a través del lenguaje, del juego... y cómo va elaborando este cacao o "familia alternativa a la tradicional" que le ha tocado vivir sin elegirlo...

A mi me ha costado muchísimo retomar la jornada laboral. Demasiados días de playa, variados, preciosos, algunos idílicos...Demasiada desconexión mental y emocional, como para toparte con los 17 ºC escasos que me hicieron volver a la oficina con chaqueta... 
El primer día de trabajo tras mis días de asueto, lloré en la cocina a la hora de desayunar. Lo he de reconocer ahora que no me oye nadie... Se me cayó el café, se me pasó la hora, la cama de la princesa estaba vacía... Pero al mediodía ella me llamó, y no pude menos que compartir con ella mi pereza, contarle que estaba trabajando y que no me gustaba esa sensación...

"Mamá, ya sé que trabajar es aburrido..." - me dijo. "Pero trabajar también está bien, porque tienes que ganar dinericos. ¿Sabes porqué? Por que así me puedes comprar la Barbie Sirena, el coche de Ken con la Barbie..."

Tenía razón, como siempre. Y me volvió a alegrar el día.

¡¡FELIZ VUELTA AL COLE A TODOS!!