14 de febrero de 2016

El Rincón de la Paz...

Desde hace algunos años, vengo leyendo y participando de distintas pedagogías, Waldorf, Montessori... y valorando tanto su aplicación en mi contexto profesional como nutriéndome de algunas de sus ideas y fundamentos teóricos. Como todas las corrientes, tiene cosas que no me cuadran del todo, y otras muchas las cuales me han enamorado. Una de ellas es el Rincón de la Paz (o Mesa de la Paz), muy utilizado por las Escuelas Montessori, y que tiene un uso doble. Por un lado, a nivel individual, sirve para que cuando un niño, niña o adulto (yo soy partidaria del uso también en adultos), se sienta triste, enfadado, agobiado, acuda a él hasta que recupere un estado de ánimo más tranquilo.
También se puede hacer un uso colectivo, y lo podemos utilizar como herramienta de resolución de conflictos.
Solemos hacer que los niños y niñas se pongan de acuerdo tras una discusión, se disculpen y exigir que vuelva la normalidad, muchas veces incluso dándoles nosotros la solución. Sin embargo, el Rincón de la Paz les va a permitir expresar su emoción, dar parte de ello a la otra persona favoreciendo la empatía y ofrece un espacio para que puedan llegar a una solución desde esa tesitura (eso no quita que un adulto pueda acompañar el momento facilitándolo, sobretodo en niños más pequeños).

Hay mucha información en Internet sobre qué tiene que haber en un Rincón o Mesa de la Paz (véase El Blog de Jaisa), informaciones todas muy valiosas pero que a la vez dejan claro la flexibilidad de la herramienta (una campana, un objeto de paz, un reloj de arena...) Y ahí está lo rico. 

En nuestra casa hemos creado un Rincón a nuestra medida, con lo que creemos que puede servirnos y tenemos experiencia que nos relaja y nos facilita expresar la emoción. Os cuento:

El Rincón es un espacio sobre la alfombra de la habitación de estar, leer, jugar, estudiar, una habitación que recientemente hemos decorado y en la que pasamos mucho tiempo del día. Lo nuestro no es una Mesa, sino un rincón con dos asientos de fibra natural y un cubo turquesa que contiene los siguientes objetos:

- El Emocionario: Es el libro de cabecera en nuestra casa... Ya os he hablado de él en alguna otra ocasión. Tiene unas ilustraciones preciosas, y textos sobre un montón de emociones definidas y relacionadas entre sí. Noa se maneja genial con él, y le encanta. Él nos puede permitir identificar cómo estamos.
- Un Libro de Imágenes: Es un libro pequeñito que compré en Tiger, de papel reciclado y con imágenes de todo tipo, instantáneas, de personas, de niños, de cosas, de momentos muy concretos. Nos ayuda a pensar, nos relaja el mirarlo y nos lleva a otros lugares...
- Una Bola de Purpurina Rosa: Lo eligió Noa, también de Tiger. Es bonito, relaja mirarlo, tocarlo... Y lo ha elegido ella, que es parte de esto.
- Una Campana o Timbre, de esos de los hoteles, que lo hacemos sonar cuando uno está mas calmado o cuando el conflicto ya está resuelto, cerrando este momento.
- Un Reloj de Arena, morado (también elegido por Noa), de tres minutos de duración. Nos sirve para mirarlo también, observar el paso del tiempo, y en el caso de conflictos, puede utilizarse para dar el turno de palabra.
- Por último, un Bote de la Calma. Puede que hayáis oído sobre él, a mi me parece genial. Se trata de un bote que he fabricado con Noa (os dejo video tutorial al final de la entrada), y que proviene también de la Escuela Montessori, mejorando la atención, concentración, y creatividad de los niños, entre otras cosas. Ayuda a relajarse, pudiéndose utilizar de muchas formas diferentes, y simbolizando al agitarlo, el estado interno del niño o niña, que se va calmando al ritmo que la purpurina, estrellitas...caen al fondo del bote.

Lo hemos creado juntas y a Noa le ilusiona la idea. De momento lo hemos probado, funciona, y nos gusta. Ahora es labor de todos el mantenerlo, peques y adultos, que tienen que ayudar con el ejemplo. Os iré contando cómo se va integrando este espacio en el día a día.

Hasta entonces, me marcho un ratito a mirar purpurinas... (si es que yo creo que lo que más me ha fascinado de la idea es la purpurina, en casa siempre hemos sido muy glitter...)