Ella permanecía inmóvil, mirándonos atenta y con toda la inocencia del mundo... Cuando terminamos de hablar exclamó: "Mamá, se ha quitao las uñas, ¡A pintar!", diciéndome que le repasara la pintura rosa que se le había quitado de sus pequeñas uñitas de princesa... Él y yo nos dijimos con la mirada: "Esta no ha entendido nada..."
Esa noche mientras le contaba el cuento de antes de dormir, la princesa exclamó:
- Mamá...
- ¿Qué cariño?
- Mamá y papá enfadaos...
Me quedé helada y con la lágrima en el ojo solo pude responderle: "No, papá y mamá están tristes"...
Al día siguiente pintamos el dibujo de las dos casitas y lo colgamos en su habitación. En los siguientes días ella lo rompía cuando se enfadaba, lo reconstruíamos y volvíamos a hablar de ello. Ella dibujaba garabatos de colores en los papeles y decía "Una casita y otra casita" o "La casita de mamá y la casita de papá". ¿Quien dice que los niños de dos años no se enteran de nada?
Y aquí comenzó todo...
Precioso hija, un poco duro en estos momentos pero creo que es muy bonito y si eres capaz de llevarlo actualizado te podrá venir muy bien a ti y luego sera muy bonito para Noa
ResponderEliminarME GUSTA ES GENIAL FELICITO A LOS DUEÑOS DE CADA UNA DE LAS CASITAS DE NOA SEGUIR ASI QUE EL CARIÑO EL RESPETO Y LA AMISTAD QUE AHORA LOS UNE SIGAN SIENDO LAS COLUMNAS QUE CONSTRUYAN YA NO SOLO LAS DOS CASITAS DE NOA SINO EL GRAN EDIFICIO DE VIDA QUE QUEDA POR DELANTE
ResponderEliminarMuchas gracias...Es lo que pretendemos, construir columnas fuertes para que aunque venga el temporal, sigan sujetando el edificio, y la vida de nuestra Princesa... Un abrazo
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