Lo que parecía un post compartiendo con vosotros mi gratificante experiencia con la lactancia materna, estaba lleno de una despedida inconsciente, no esperada y repentina, pero a la vez, igual de satisfactoria y cómoda.
Sí, como os contaba en el anterior post, estas vacaciones, Noa ha pasado de bebé a niña, ha decidido coger la maleta de juguetes y emprender "en serio" su camino hacia la autonomía.
El mismo día que le empezamos a quitar el pañal, decidió que ya no le hacía falta mi leche, que los mimos y los momentos de conexión entre las dos, los podía conseguir de otra manera, o simplemente, que ya no le gustaba su sabor. El caso, es que automática y sorpresivamente, ese día dejó de pedir teta. Es así como cuando nuevamente ella ha estado preparada para esta separación, esto ha ocurrido, de la forma más increíblemente natural que lo que hubiera imaginado.
Y aunque a quien no haya amamantado o a quien haya tenido una mala experiencia con el tema, le cueste creerlo, he tenido que elaborar el duelo de esta separación, como otra cualquiera, ir haciéndome a la idea de que la princesa crece y sigue necesitando "mamá" pero de otra forma, desde otra perspectiva. Y es un duelo que también nos despide de la etapa bebé para abrir paso a otra no menos bonita, aunque sí diferente...
Hola bonita, me alegro de que las vacaciones hayan sido tan fructíferas en todos los sentidos. Leyendo este apartado, he recordado otro en el que tú dudabas de si era bueno o no dar tantos mimos (creo que era algo así), tratabas el tema de la lactancia... etc. Pues bien Arantza, ahí tienes la respuesta, tú sola (con Noa) la has encontrado, tú has estado disfrutando de todos esos momentos hasta el final, porqué? Porque sin ningún tipo de trauma, Noa, cuando ya no ha sentido la necesidad del amamantamiento, ella sola se ha sabido "independizar" así que lo estás haciendo de maravilla, si hay que dar mimos se dan y si hay que echar un grito... pues también.
ResponderEliminarBss a las dos princesas. MSG.
PD: A ver si hablamos algún día por tl.