28 de noviembre de 2011

La "Inquietud" de la Princesa...

Y así, de puntillas y haciéndose esperar, ha llegado el invierno "de verdad", las grados bajo cero y el primer día de guantes. Y las luces de navidad, esas que este año me encojen la tripa especialmente, y a la princesa le iluminan los ojitos... 
Y entre la niebla y las castañas, me doy más cuenta de que la princesa lleva sobreexcitada cuatro o cinco días. Y mi profesión y formación me vuelve a jugar de las suyas y me hace ver fantasmas donde no los hay... Noa lleva unos días que no calla, que no deja espacio para el silencio, que lo mismo insiste en contarte una y otra vez historias de princesas, que rellena los minutos con un sinfin de ruiditos y onomatopeyas... Lleva unos días que cuando no está saltando, está trepando, arrastrándose, haciendo la rana, la gallina o el toro...Que se ríe de forma histérica o patalea de la misma forma...
Su timidez se ha ido al garete, y hoy en nuestro paseo, le ha dado conversación a todas aquellas personas que le han hecho alguna gracia (y a  algunas que no...)
Pero a la vez puede escucharme y suele cumplir con lo que le toca y con lo que le pido, sin poner resistencias... por lo que no estará muy mal, digo yo.
Lo que creo que le pasa es que está preocupada por la crisis de este nuestro país. Ayer estuvimos en una tienda, eligiendo una maceta y unas semillas para que plantara sus propias flores y así empezara a cuidarlas. Pues bien, me llamaba la atención cada vez que yo tocaba algo...Me decía: "Mamá, eso no compres, que estamos en CRISIS"...Una y otra vez...
Si, si, como lo cuento...
Va a ser eso, la crisis le trae de cabeza y prefiere no parar quieta para no pensar en los que nos viene encima...
P.D. Como os imaginareis, de ayer a las 20h que plantamos las semillas a hoy a la misma hora, hemos visitado la maceta (que por supuesto es rosa y con princesas) unas 46 veces para ver si habían salido las flores...

3 de noviembre de 2011

Las Amigas de La Princesa...

Ayer tuvimos tres invitadas imprevistas a cenar. Eva, Mariana y Rebeca. Ahora, cenaron poquísimo, bueno, más bien nada, un poco de puré. Y apenas hablaron. ¿Que quienes eran? Las nuevas amigas de la Princesa. INVISIBLES. Resulta, que el día anterior habíamos tenido invitadas a cenar, yo le conté a Noa que eran amigas mías. Así que ella al día siguiente debió pensar: ¿Y yo porqué no puedo invitar a nadie? y me dijo:

- "Mama, van a venir tres amigas de Noa, una dos y tres. Se llaman las chicas: Eva, Mariana y Rebeca"

Y añadió:

- "Y son amigas de Noa. Amigas de mamá, no."

Y me lo suelta así, sin avisar, sin tener ni un bocado que ofrecerles a las pobres crías... No importa, ella fue a la puerta de entrada, las invitó a pasar y se puso a cocinar el puré en su cocinita. Les sirvió la comida mientras hablaba con ellas mirando al vacío... pero de pronto sentó un conejo en su silla y ¡me contó que era Rebeca! ¡UN CONEJO! Y yo preocupándome de que no tenía cena cuando las amigas de mi hija comen solo zanahorias... Seguro que el puré que les hizo ella era de zanahorias. Son sus amigas, tal y como me dejó claro, y nadie las conoce mejor que ella... Lo que no sé es cuando se fueron, porque llegó la hora de acostar a la Princesa y no las vi despedirse, igual las tengo aun en casa y yo tan tranquila...

2 de noviembre de 2011

Ay Lola Lolita Lola...

Hace más o menos un mes que Lola, nuestra Schnauzer miniatura, se fue a vivir a la otra casita. Aun sigo oyendo ruidos en casa y me parece que está ella, como un felpudo negro, tumbada por la casa. Con la llegada de la princesa, Lola fue destronada y había días que apenas pasaba rato con ella. Si ella hubiera hablado en alguna ocasión, posiblemente me hubiera ganado una buena bronca por mala dueña... Pero si supiera lo que, sin enterarme, ocupaba en esta casita y entre nosotros, me hubiera perdonado. 
En principio la compra de la perra fue una idea mía hace unos 6 años, a la que él accedió. Pero los últimos tres años me ha costado pensar en ella como una responsabilidad más, y el papá de Noa ha sido el que se ha encargado de sus cuidados. Y desde que él se fue de casa, a mi se me amontonaba, la perra, la niña, los paseos con la perra, con la niña... Bajar a la calle con la perra en una mano, la bolsa de basura en la otra, la niña ya en pijama en la mochila, a ver si entretanto se dormía... Y la primera sensación cuando Lola se cambió de domicilio fue ALIVIO, una responsabilidad menos, pero conforme pasa el tiempo, y no la oigo ladrar cuando tocan al timbre, no sale a recibirme cuando llego a casa, no la veo jugar y respetar a la princesa con todo el cuidado del mundo...la voy echando más de menos. Cuando recojo a Noa de su otra casita, aprovecho para hacer a Lola mil cariños, y ella se pone muy contenta. Tengo la tranquilidad de que la podré seguir disfrutando algunos fines de semana o vacaciones, espero que ella no sea muy rencorosa y algún día me perdone que no me pude hacer cargo de ella como se merecía... ¿Le tendríamos que haber explicado también el plan de las dos casitas?