27 de noviembre de 2014

2.095 Noches...

"Los niños se despiertan de noche -y necesitan compañía para reanudar el sueño- porque necesitan cerciorarse de que las personas que les cuidan están cerca. Que les quieren y les protegen. Todos somos descendientes de los que se despertaron. Porque los que no lloraron, se los comió el lobo. Por tanto, despertarse de noche y demandar compañía es una conducta absolutamente normal, premiada por la evolución, -y quizás hasta deseable- en los niños pequeños. Son bebés "despiertos", que velan por su vida. Es una señal de inteligencia, es una estrategia de supervivencia."


Pues eso, que ya sabía que mi hija era muy inteligente, pero aun no sabía que el precio que tenía que pagar yo por ello fuera tener que estar sin dormir del tirón durante 5 años y 9 meses, o para el que no tiene conversor de cantidades, durante aproximadamente 2.095 noches.

2.095 noches levantándome una media de dos veces para ir a su habitación hasta que volviera a conciliar el sueño. 2.095 noches sorprendiéndome hecha un ovillo en mi cama porque se ha metido en ella sigilosamente. 2.095 noches paseando de su habitación a la mía, llevándola en brazos de una cama a otra mientras aguanto la respiración para no despertar su ligero sueño.

Aunque no lo parezca por mi "sutil ironía", soy firme partidaria del colecho. He disfrutado y disfruto como nadie de los abrazos con nocturnidad y alevosía, de sentir la respiración de su naricilla y comprobar que está bien. Que sigue respirando. Una y mil veces. De darle el pecho en la cama, noche tras noche. De que la princesa se haya dormido tantas veces sobre mí. De que me haya prestado el calorcito que desprende. De la comodidad de tenerla tan cerca para no desvelarme del todo ante sus llamadas. De tantas cosas...

Aquí me venía a la cabeza lo que tantas veces con otros temas relacionados con la maternidad: La importancia de seguir nuestro instinto natural y permitirnos vivir la crianza sin extravagantes culpas. Permitirnos el no sentirnos culpables porque los niños y niñas duerman en su habitación si así lo queremos todos. Ni por dormir con ellos si así nos apetece y/o necesitamos. Nadie debería opinar sobre temas tan íntimos que tengan que ver con la crianza, sobre lo que pasa de puertas adentro en mi casa o de puertas adentro en la relación con mi hija, ni en la de nadie.
La gente opina mucho menos sobre una relación de pareja, ya que se consideran asuntos íntimos. En cambio, ¿Porqué cuando alguien, desde la tía lejana, hasta la que te cruzas en un ascensor, se creen con derecho a opinar respecto a tu hija? Enseguida oyes eso de "Ay... Qué mimos tienes con la mamá" o "Uy... ¿Aun duerme contigo?¿Tan mayor?"... "Si" - contesto yo - "Queremos aprovechar, que no creo que con 17 años quiera seguir durmiendo conmigo".

Volviendo a lo que nos ocupa, que me enciendo con esto fácilmente, conforme ella ha ido cogiendo más tamaño o las camas han ido menguando, yo he ido sintiendo que ambas cada vez descansábamos menos. Y cada vez lo romántico del tema se iba esfumando un poquito más.

Consciente o inconscientemente Noa sentía la necesidad de comprobar que yo estaba allí cerca y la iba a proteger de los lobos, una o varias veces cada noche. Y curiosamente parece que sentía esa necesidad únicamente cuando dormía en casa de mamá.

Lo intenté de mil formas: Con muñecos "sustitutos", con luces de compañía, con un "Noa, solo puedes venir a mi cama cuando en la calle haya luz"... Nada.

Hace tres semanas hablé de esto con ella. De que no descansábamos, de que era ya muy grande y yo me caía de su cama, de que las dos necesitábamos dormir bien para tener mucha energía por la mañana. Me compré una almohada nueva, y la mía, que tanto le gusta, se le regalé. "Mira Noa, vas a dormir con mi almohada, que ya es de mayores. Además, al dormir con ella vas a sentir que mamá está más cerquita y vas a poder dormir toda la noche seguida. Mamá está ahí al lado, si realmente lo necesitas puedes llamarme, pero si solo te has despertado, te das la vuelta e intentas volverte a dormir en la almohada de mamá".

Oye, hasta hoy. Como te lo cuento. Y aun no me lo creo. No te imaginas lo que es volver a dormir del tirón después de tanto tiempo. Y de vez en cuando la extraño y me apetece ir a su cama a hacerme un ovillo. Pero sé que no debo y me aguanto las ganas. Y voy elaborando el duelo que esto también nos supone en cierta medida. Nuevamente le tengo que agradecer a mi pequeña lo fácil que lo pone a veces.

Y bueno, os dejo que me voy a la cama, a dormir del tirón pero con un ojo abierto. Por si vienen los lobos. Se lo debo a ella. Buenas noches...


1 de noviembre de 2014

El Mejor Escondite del Mundo...

Érase una vez, el contexto de una cena cena tranquila, en el que se me ocurrió preguntar a la enanita:

- Noa... Si tu tuvieras que esconderte de algo, en algún sitio donde no pueden encontrarte... ¿Cual sería para ti el mejor escondite del mundo? (Me encanta hacerle estas preguntas que nos dan tanto pie a imaginar)

- Pues ¡Otro mundo mamá! - dijo sin dudarlo ni un segundo.

- Pero no hay otro mundo...

- ¡Si! ¡Marte!


- ¡Ahhh! Marte... ¿Pero como irías a Marte?

- Mira, haríamos un cohete - (Uf, menos mal que me incluye en su viaje interestelar) - Cogeríamos cartón, pintura rosa y roja y unos pinceles. Y construiríamos un cohete.

- Ya Noa, pero el cohete de cartón no vuela... (Ahí va mi dosis de realidad) ¿Le ponemos un motor de coche?

- No, mira... (Léase esto con tono de "esquenoteenterasmamá") Iríamos a la tienda y compraríamos Poder de Volar. Echaríamos al cohete el Poder de Volar y ¡Ya está!

Me gustó la idea. Y me quedé madurando en mi departamento I+D cómo llevarla a lo concreto. Ojiplática. 
Noa me aclaró que nos esconderíamos por un ratito, que enseguida volveríamos. Se ve que aun tiene muchas cosas en este mundo que le merecen la pena...




Hallo...¿qué?...


Yo soy celebrona, o celebrática, o como se diga... Soy de esas que me encanta celebrar cada cumpleaños, cada aniversario, cada éxito e incluso algunos fracasos... (celebrando el aprendizaje que suponen, lo bueno que traen los cambios...). 

Me encantan las fiestas, las cenas, los regalos porque sí y todo aquello a lo que se le pueda añadir la palabra SORPRESA. Porque me parece que de esas pequeñas cosas está la vida hecha, y alimentan la ilusión.
Pero celebro MIS fechas, eventos, logros o fracasos... 
No me gusta San Valentin, no celebro el Día de la Madre, el Día del Niño, ni Halloween.
Es más, hasta ahora nadie a mi alrededor celebraba Halloween... 

¿Se puede saber qué ha pasado para que desde hace escasos años los escaparates se llenaran de calabazas y murciélagos el 31 de cada Octubre? ¿Para que las adolescentes pese al frío aprovecharan la fecha para ponerse minúsculos tu-tus o trajes de enfermerita sexy? ¿Para que haya fiestas de terror por doquier y gente llena de sangre? ¿Para que ya desde los colegios se trabaje con brujitas y momias desde el mes anterior?

En realidad yo creo que ni sabemos qué es lo que estamos celebrando. Ni que sentido tiene. Y no me gusta.

Pero bueno, pese a todo, Noa salió del cole con su murciélago en la mano como los demás, me estuvo pidiendo días antes unos cuernos de "demoña" (entiendo que de diablesa, y que por supuesto acabé sucumbiendo), y terminó el día disfrazada de Draculaura y aporreando timbres con su papá y sus amigas para conseguir chuches...

Y ya hemos caído... y me enfada, pero a la vez entiendo que los niños no tienen la culpa, y que si no cuesta nada celebrarlo... ¿Porqué va a ser mi hija diferente? Y me paro a pensar, que por esta regla de tres, así nos luce el pelo como nos luce. He dicho. Que cada cual haga sus reflexiones.

4 de agosto de 2014

La Casita del Ratón Pérez...

Esta semana hemos recibido en nuestra casa la visita de un nuevo huésped muy especial. Un roedor al que en breve no le quedará más remedio que dejar parte de su fortuna aquí, a cambio de todos los dientes que se pueda llevar, que preveo que serán unos cuantos...

Aprovechamos unos días sin niños para acomodar su casita, lijarla, pintarla, y colocarla sobre el rodapie, no sin antes idear unas escaleras para que llegado el momento, el Ratón no tenga dificultad en acceder a nuestra casa.


Llegaron los niños, se sorprendieron, y Noa llegó a oír los golpecitos, que tras la puerta, el Sr. Pérez usó para indicarnos que ya estaba cómodamente instalado al otro lado... Como dice la Princesa, el Ratón Pérez se está construyendo la casa en nuestra pared. Una casa que, según comenta, será la base de operaciones que éste utilice para salir cada noche a las diferentes casas de nuestro alrededor. 


Ahora toca esperar, pero entretanto tengo la duda de si tendré que empadronarle aquí o pasará desapercibido en el censo de habitantes...

21 de julio de 2014

Mamá quiero ser...


Parece que últimamente Noa está centrada en prepararse un futuro digno y prometedor. No está mal. Hasta ahora, se empeñaba en repetir que de mayor ella quería ser Médico y Psicóloga. Bueno, yo entendía algo así como Psiquiatra...
"Psicóloga como mamá, y Médica porque me gusta curar. Pero Médica de mayores, no de niños", aclaraba. Claro, ella no quiere ser esa señora con bata blanca tan desagradable a la que llaman Pediatra, y que se empeña en hacerle la vida imposible mirándole con una linternita el oído y con un palo nauseabundo la garganta, en esas contadas ocasiones en que su padre y yo nos empeñamos en llevarla a una revisión rutinaria...
El caso es que parecía tenerlo clarísimo. Muy concienzudamente decidido. Pero hace un par de meses me sorprendió con la propuesta de un nuevo giro en su itinerario profesional.
"Mamá, lo he pensado bien con mi cabeza y ya sé lo que voy a ser de mayor:
PSICÓLOGA, como mamá,
FRUTERA, como papá,
y EQUILIBRISTA."
Ahí queda eso.
No sé si imaginármela atendiendo una frutería ubicada a 25 metros del suelo, mientras hace terapia a sus clientes, o en un espacio terapéutico regalando plátanos por eso de la melatonina, con los cuales previamente ha hecho malabares...
El caso es que lleva todo este tiempo volviéndome loca.
Creo que ha decidido esperar a la carrera para lo de psicología, y a tener dinero para hacerse autónoma para la frutería.
Pero ya desde ahora, se está formando seriamente para la parte del equilibrismo. Sube escaleras con un pie, salta a la cuerda al "mas difícil todavía", se sube a las sillas saltando de una a otra, intenta superarse trepando más y más alto en el parque, coloca pajitas en fila en el suelo y anda sobre ellas imaginándose que bajo ella hay cientos de espectadores...
Y no puedo hacer más que supervisarla de cerca por si se cae, acudir a consolarla, porque ya me lo deja claro:
"Mamá, es que estoy ensayando para equilibrista"... Y no seré yo quien frustre sus vocaciones. Tal y como están las cosas, como si quiere ser sirena en alta mar, mientras disfrute con ello. Lo de trabajar luego, es otra historia. ¡Que empiece la función!...

18 de julio de 2014

Vacío...

Hace ya tres años que empezamos con la historia de los turnos, las visitas, los calendarios y veranos divididos y aún no me acostumbro. En el proceso de mediación, la mediadora me dijo en cierta ocasión, que jamás me acostumbraría a estar sin la Princesa. Me lo contaba desde su propia historia personal, pero a mi me costaba creerlo.

Hoy por la mañana he dejado a mi pequeña con su papá, para que esté con él durante quince días. Y me iba a trabajar sintiendo que me habían arrancado una parte del cuerpo. Sabiendo que los minutos se me harán días y los días, años. Sabiendo que me acordaré de ella casi en cada inspiración, que son ahora más aceleradas que cuando ella está a mi lado. Sé que estará bien, pero es como si sintiera que no quiero perderme ni un segundo de su vida, de sus avances, de sus logros. Que no quiero que me eche de menos ni un segundo, aunque a la vez me preocuparía si esto no ocurriera...
Entro mil veces en su habitación, temblando cuando la huelo. Colocando con mimo sus muñecas, que esperan más pacientes que yo su vuelta.

Procuro dedicarme tiempo, invertirlo en otras cosas que no sean su mundo, cuidarme para poderla cuidar mejor cuando vuelva... pero cada cosa me recuerda a ella.

No te acostumbrarás decía aquella mujer... y creo, que cada año, me DES-ACOSTUMBRO un poquito más... TE ADORO pequeña.

8 de julio de 2014

Siete del Siete...

Hoy es 7 de Julio. Para nuestra ciudad, siempre es un día grande que hay que celebrar, pero en tu familia, Princesa, especialmente. Es el cumpleaños de varias personas cercanas a ti, pero además, hoy hace 5 años, celebrábamos tu bautizo en un precioso día, y más que tu bautizo, tu fiesta de bienvenida a la vida, como preferí yo llamarlo.
 
Hoy yo llevo el mismo vestido de aquel día, aunque hoy no estás junto a mí. Tú hoy no llevas el precioso faldón de encaje, hoy vas vestida para acudir a esa boda. Cosas extrañas que pasan.
 
Pequeña, hoy mamá también se siente rara, igual que me decías sentirte tu hace dos días al respecto. Pero podremos hablar del tema cada vez que tú quieras. Para celebrarlo, para llorarlo, o para lo que necesites. Pero estate tranquila mi vida, que como te dice mamá, NADA VA A CAMBIAR.
 
Tampoco cambia nada después de cinco años, de aquellas palabras que te leí en tu fiesta de bienvenida. El AMOR es más grande aún si cabe. Y hoy quiero grabarlas en este rinconcito virtual de mamá, para que las leas cada vez que quieras, más ahora que sé ¡que las puedes leer solita!
 
Ahí van...

"Empecé esta genial aventura de ser tu mamá hace cuatro meses y nueve días cuando naciste. Sin embargo mucho antes de ese momento mágico, ya me sentía mamá, y aun hoy parece que lo haya sido toda la vida, cuando me queda tanto por equivocarme, por aprender y por compartir contigo... Aunque al mirarnos por primera vez solo viste en mi cara luces y sombras, para mi fue la mas importante mirada de mi vida. Sé que en el fondo me reconociste, pero el privilegio de conocerte fue todo mío... Hoy te sigo dando la bienvenida a mi vida cada mañana, cada momento, con cada nueva mirada, y ahora con cada una de tus muchas sonrisas.
 
Hoy me apetecía decirte unas palabras que aunque no entiendas, seguro que quedarán pegaditas a tu cabeza y algún día las leerás... Pero pensando en todo lo que te diría, he querido resumirlo en tres cosas.
 
Lo primero darte las GRACIAS. Gracias por llegar a este mundo sanita, tan perfecta y alegre. Ojalá siempre sea así y sobretodo, ojalá decidas ser buena persona. Seguro que sí.
 
En segundo lugar quiero darte la enhorabuena por el papá que te ha tocado tener. Ya lo irás conociendo. A veces parece que está un poco loco, pero no te asustes. No te imaginas lo divertido que es. Lo mejor es su capacidad para alegrarte el día pero sobretodo, cuánto te quiere.
Esta felicitación es también por las familias en las que has caído, no pueden estar más pendientes de ti...  Aprovecha ahora, que luego se te acabarán los privilegios. O no, porque tienes todas las papeletas para convertirte sin esfuerzo en la reina de la casa.
 
Por último, decirte que la vida es bella, que me gustaría enseñarte el mar, un amanecer, la música, una caricia, el sabor del chocolate, de los besos, los árboles y los ríos, el viento en la cara, la luna... No puedo mentirte y decirte que todo es bueno, a veces la vida te dará golpes, más o menos duros a los que tendrás que aprender a enfrentarte. Procuraremos educarte para que logres salir de estas dificultades con la cabeza alta y para que seas capaz de aprender de ello. ¿Sabes cual es el secreto para que todo sea mejor? AMAR. Amar a los que te rodean, amar lo que haces, amar a quienes te aman. Amar, Noa. Amar mucho esta vida.
 
Bienvenida enanita."

3 de julio de 2014

La Semilla...

Me gustaría haberme sentado a escribir sobre alguien que venía de camino a nuestra familia. Alguien que todos esperamos con ilusión, por aquello de volver a sentir el ciclo de la vida de cerquita. Alguien que redefinirá los roles y me convertirá en tía, y a mi hermanita (la pequeña dicen...Je) en MAMÁ. En mamá con todas las letras y en mayúsculas, porque estoy segura de que así lo será, en mayúsculas, porque todos estos años ha demostrado con creces su capacidad de cuidar.
 
"Tu primer primo o prima vendrá antes de que cumplas los 6 años", dijeron los tíos a la princesa, que recibía la noticia con entusiasmo. Las ultimas semanas ya guardaba sus juguetes de encajar piezas para quien llegaría con el 2015.
 
             
 
Pero parece que no era el momento. Los 6 años tendrán que llegar y pasar. Noa, yo creo que tu primo o prima necesita que tengas 6 añazos para que puedas cuidarle y enseñarle las millones de cosas que con 5 años aun no has descubierto. Y se va a hacer esperar un poquito.
 
Pequeña, después de un aborto natural, qué difícil explicarte que el bebé que besabas a través de la tripa de la tía y que medía menos que una alubia, no seguiría creciendo...
 
No las tenía todas conmigo, pero ella merecía una explicación que pudiera "entender".
 
- Noa... Cuando en la escuela plantaste las semillas que llevaste para el huerto... ¿Salieron todas?
- ¡No! Mamá, mira: Primero planté una que no salió, y luego planté otra con Olaia y esa salió y ha crecido, crecido, crecido...
 
(Parecía que sabía de qué le iba a hablar la tía...)
 
- Pues lo mismo ha pasado con el embarazo de los tíos. La semilla que tenía la tía en su barriga, de la que saldría un bebé, no ha funcionado. Tendremos que esperar a que otra semilla funcione y de ella salga un bebé que crezca, crezca, y crezca. Pero tendrá que esperar hasta después de tu cumple.
- ¡Ah, vale!
 
(Recibió la información con toda la naturalidad del mundo)
 
- Pero Noa... ¿Has entendido bien lo que te he dicho? ¿Quieres hacerme alguna pregunta?
- Que nooo...que ya lo he entendido mamá... - Y me cambió de tema radicalmente...
 
Como siempre, nuestras expectativas y miedos no tienen nada que ver con sus pequeños y a la vez grandes razonamientos.
Al día siguiente, preguntó a la tía cómo le metían la semilla, y la tía tuvo que lidiar como buenamente pudo...Pero esa ya es otra historia...

Sobri... Este no era tu momento, pero tu momento pronto llegará, sólo por lo que la Princesa te quiere ya antes de existir, merece la pena que llegues a este mundo.

Firmado: Tu TÍA.

18 de junio de 2014

Emocionario...

Bueno, bueno... Estamos por aquí de nuevo. Nuevo lavado de cara del blog. Echaba en falta, luz, claridad... buscaba algo simple y sencillo. No tengo ni idea de estas cosas, pero de enredar y enredarme con el ordenador, sí. Y mucho. Eso de perder ratos haciendo pruebas, recortando de aquí pegando de allá... me pirra. Y de paso, doy salida a tanto arte contenido en este cuerpo serrano. Es broma.
Bueno, pues con horas perdidas, y el toque final y ratico inestimable de la artista Raquel, este es el resultado. Espero que os guste. A mí de momento, me motiva para retomar un poco el escupidero - elaborahistorias - baúlderecuerdos éste.
 
 
Y quiero recontactar con vosotros a través de una recomendación.
Hace unos días, descubrí por casualidad (lo estamos utilizando en el trabajo), un libro que deberíamos leer niños y mayores. Una herramienta que me parece muy valiosa para dialogar con los más pequeños y una fuente de historias, ejemplos, y temas a abordar con ellos. Algo a lo que recurrir en muchas situaciones y que me está sirviendo para ayudar a Noa a identificar emociones y naturalizar el hecho de hablar sobre cómo nos sentimos. Además de pasar ratos preciosos con ella. (Prometo que no me llevo comisión en las ventas): EMOCIONARIO
 
Alguien especial me lo regaló al encontrarlo en la Feria del Libro hace unas semanas, y desde entonces, cada noche leo con mi enanita dos o tres emociones, (dependiendo de lo que se nos haya alargado la cena). Las relacionamos, ponemos ejemplos, jugamos con ellas, inventamos historias con las ilustraciones... y me pide que le adelante qué emoción toca al día siguiente.
 
Pues eso. Que merece la pena por lo menos, echarle una ojeada. Allá cada uno el juego que dé... ¡Hasta pronto!
 
Índice del libro. Un viaje por las emociones...
 

25 de marzo de 2014

Una Estrella...


Hace unos días murió un familiar de una amiga, llegándome la noticia una tarde que yo estaba de paseo con la princesa. Me planteé la posibilidad de acercarnos al tanatorio a darle un beso, y tras las dudas iniciales por llevar a Noa, me dije... ¿Por qué no?
Desde bien pequeña he temido sobremanera a la muerte. He pasado por diferentes teorías del más allá, unas más alentadoras que otras. Por suerte no he tenido la vivencia de muertes especialmente duras de personas cercanas, si bien, el trauma, los duelos y el dolor, son hechos con los que trabajo a diario. Pero la muerte es otra cosa, y desde hace un tiempo, estoy haciendo un trabajo particular con el fin de reconciliarme con este temor. Que me enrollo... 

"La Muerte es parte de la Vida", me dije, y como tal, tengo que acompañar a mi hija tanto en la vida, como prepararla para la muerte.

- Noa, este edificio es un tanatorio, un sitio donde la gente se despide de las personas que se mueren. Cuando entremos, posiblemente verás a gente llorando, triste... porque lo están pasando mal, porque duele mucho despedirse de las personas que se mueren...

- Mamá. No pasa nada... La gente se muere.

TOCADA Y HUNDIDA.

Así que entramos, acompañamos, Noa se comportó con la misma naturalidad que si estuviésemos tomando un café en la calle y nos fuimos. En el trayecto de coche de vuelta, la princesa (a la que nada pasa desapercibido), después de unos minutos en silencio, disparó:

- Mamá, ¿A dónde va la gente que se muere?

- (...)
Mmm... Bueno Noa. La verdad es que nadie lo sabe. Nadie tiene la respuesta sobre eso porque no podemos saber qué es lo que hay después de morirnos. Cada uno cree una cosa, lo que mejor le parece, así que tu puedes creer lo que quieras.

- ¿Y tu, mamá? ¿Tu dónde crees que va la gente que se muere?

- A ver... Yo pienso que cuando nos morimos nos convertimos en otro ser vivo. Yo creo que somos energía y cuando nos morimos, esa energía se convierte en otra persona, un árbol, una mariposa...

- Pues yo creo que cuando la abuela se muera- (la princesa cree que la única causa de muerte es la vejez, por lo que tiene a mi abuela muy presente en este tema) - se va a convertir en una estrella, y me mirará cada noche desde el cielo y yo la saludaré. Creo que se convertirá en una estrella porque es tan bonita y brilla tanto, que creo que será una estrella...

No es nada la piel de gallina que me produjo el escuchar esto, proyectar a futuro este momento, y dialogar con mi hija sobre este tema, como la que me produjo su serenidad al hablarlo...

Nueva lección, de vida, de la mano de mi pequeña: "Mamá, la gente se muere, y no temas, tranquila, que la abuela será una estrella."

19 de febrero de 2014

El Valor del Tiempo...


Siempre he sido partidaria con los niños de DAR TIEMPO. Dar tiempo en el sentido de que somos animales (algunos más evolucionados que otros, pero este ya es otro tema…), y que por naturaleza venimos al mundo con unas capacidades básicas predeterminadas que aparecen y florecen en el momento en el que el niño o niña está preparado para ello.
En este sentido, nuestros niños y niñas, a los 9 meses o a los 18, terminan caminando. A los 5 años o a los 8, por norma general, leyendo. Y pocos, o ninguno, duermen en la cama de los adultos con 15 años. El niño o niña se sienta o camina cuando su cuerpecito está preparado para soportar el peso y el movimiento necesarios, y pide él mismo dormir en su cama, cuando los miedos no le atormentan y prima la necesidad de autonomía sobre otras.
Creo que tenemos que ofrecer posibilidad, oportunidad y modelo a nuestros niños, relativizando tablas de hitos evolutivos y percentiles, que lejos de ayudar, suponen una injusta presión para padres y madres (y en consecuencia para los hijos/as).
Expuesta mi humilde creencia, entro a compartir mi experiencia. Noa fue una de esas niñas que empezó a andar más tarde de lo que los pediatras y las abuelas esperan. No ocurrió lo mismo con el lenguaje, que aparecía a los 9 meses en forma de sencillas palabras. Desde entonces parece que esta área ha sido destacada en la princesa, alucinando ya su educadora infantil con sus explicaciones.
Ya desde hace un par de años podía pasar largos ratos jugando a identificar y crear formas con las letras y números con imán que le coloqué en la nevera.
A día de hoy y desde los cuatro años y medio, Noa no solo lee palabras sino que lo hace con pequeños cuentos. Y está “obsesionada” con ello. Le encanta y le refuerza mucho compartir este potencial. Y el mundo que le rodea se convierte en algo legible. Carteles, anuncios, marcas. Estamos rodeados de palabras susceptibles de ser leídas.
Así que me vuelve “encantadoramente loca”. Y me lee los mensajes de móvil que escribo a su lado, por lo que tengo que empezar a tener cuidado. Pero también esto nos permite un “juego” con sus almuerzos del cole, en el que le escribo breves frases sorpresa, que ella lee en el recreo. Nos conecta un poquito durante ese momento, y ella dobla y guarda ese papel de aluminio con nota, con muchísimo esmero.

Es increíble verla crecer en tantos sentidos, dándole tiempo y dejándonos sorprender en cada logro, y que con todo esto, me ayude a crecer a mí un poquito también…

Cambios. Nuevos Retos...


Cambios. Nuevos retos. Hace ya casi un año que la vida me colocó en el camino a alguien que me puso todo patas arriba. Alguien del que estoy aprendiendo y que me hace aprender sobre mí. Alguien que me remueve lo que daba por cerrado y a la vez que me abre a otras oportunidades. Alguien con una historia muy difícil en la mochila, por la que también estamos luchando… (“¿Quién me mandaría a mi?”, me pregunto a veces…). Alguien que trae consigo otras dos pequeñas joyas de la edad de la princesa y se convierten de la noche a la mañana en dos importantes compañeros de juegos.

Y el tiempo y las cosas se suceden de tal forma, que cuando abro los ojos me doy cuenta de que estamos metidas en una historia que hay que afrontar. Con mimo, dedicación y cuidado. Con nuevos aprendizajes hechos que hacen saltar alarmas antes de que sea demasiado tarde. Que supone muchas ilusiones pero también kilos de miedo, un miedo que a veces paraliza. Y entonces me sorprendo sobreprotegiéndome o sobreprotegiendo a mi hija para que no vuelva a sufrir. Esta vez sin embargo no desde la perspectiva del “para siempre” sino desde la de “que nos haga felices”.

Una historia que a Noa le hace perder algún privilegio y enriquecerse con otro tipo de cosas. Que me hace sentirme a mi más cuidada y así poder cuidarle mejor.  Pero que para ella también supone un nuevo cambio. Y fuerte. Porque esto le confirma que papá y mamá no volverán a estar juntos, frente al deseo inconsciente de todos y cada uno de los niños que tienen dos casitas. Porque no solo papá tiene una nueva familia, si no que mamá es ahora la que después de tres años dedicándose a ella en cuerpo y alma, tiene que repartir un trocito de su amor hacia otro lado.

Lo que le intento explicar a la princesa, es que cuantas más personas lleves en el bolsillo del corazón, más grande y capaz se hace este bolsillo, y que el amor que das a una nueva persona no va en función del que le quitas a otra. Y le repito cada día, que es la persona a la que más quiero en este mundo, que ella es lo más importante para mí y eso nunca va a cambiar. Pero desde hace 20 días, se empeña en dibujarme, día tras día, a papa, a mama y a Noa. Juntos, bien juntos. Y a mí se me rompe el alma. Pero a la vez entiendo que es su forma de elaborar esta nueva situación, y me reconforta que lo esté haciendo.

Esta es la parte dura del momento, si bien en la mayoría de ratos está contenta con las nuevas personas que han entrado a nuestra vida. Dice que se siente cuidada, a veces dudo si lo dice porque es lo que yo quiero oír… Pero la veo bien, teniendo en cuenta la tormenta.

Y es esta nueva situación la que refuerza todo lo que la admiro. Porque con cuatro añitos es capaz de enfrentarse a las tormentas como un guerrero de 40 años. Porque comprende y percibe las emociones de su alrededor como nadie. Porque saca a relucir sus elaboradas defensas, no solo para protegerse sino para protegerme. Porque es generosa como nadie, y capaz de pasar por encima de determinadas adversidades. Y porque además de todo, nunca deja de ser la niña de cuatro años que es.


Pues eso pequeña. Cuando de mayor leas estas líneas, te seguiré queriendo “desde aquí hasta Ustrualia”, como me dijiste ayer noche. O más si cabe. Serás una chica fuerte y valiente, y sobre todo, seguirás siendo el tesoro más valioso que tengo. Venga lo que venga.