25 de marzo de 2014

Una Estrella...


Hace unos días murió un familiar de una amiga, llegándome la noticia una tarde que yo estaba de paseo con la princesa. Me planteé la posibilidad de acercarnos al tanatorio a darle un beso, y tras las dudas iniciales por llevar a Noa, me dije... ¿Por qué no?
Desde bien pequeña he temido sobremanera a la muerte. He pasado por diferentes teorías del más allá, unas más alentadoras que otras. Por suerte no he tenido la vivencia de muertes especialmente duras de personas cercanas, si bien, el trauma, los duelos y el dolor, son hechos con los que trabajo a diario. Pero la muerte es otra cosa, y desde hace un tiempo, estoy haciendo un trabajo particular con el fin de reconciliarme con este temor. Que me enrollo... 

"La Muerte es parte de la Vida", me dije, y como tal, tengo que acompañar a mi hija tanto en la vida, como prepararla para la muerte.

- Noa, este edificio es un tanatorio, un sitio donde la gente se despide de las personas que se mueren. Cuando entremos, posiblemente verás a gente llorando, triste... porque lo están pasando mal, porque duele mucho despedirse de las personas que se mueren...

- Mamá. No pasa nada... La gente se muere.

TOCADA Y HUNDIDA.

Así que entramos, acompañamos, Noa se comportó con la misma naturalidad que si estuviésemos tomando un café en la calle y nos fuimos. En el trayecto de coche de vuelta, la princesa (a la que nada pasa desapercibido), después de unos minutos en silencio, disparó:

- Mamá, ¿A dónde va la gente que se muere?

- (...)
Mmm... Bueno Noa. La verdad es que nadie lo sabe. Nadie tiene la respuesta sobre eso porque no podemos saber qué es lo que hay después de morirnos. Cada uno cree una cosa, lo que mejor le parece, así que tu puedes creer lo que quieras.

- ¿Y tu, mamá? ¿Tu dónde crees que va la gente que se muere?

- A ver... Yo pienso que cuando nos morimos nos convertimos en otro ser vivo. Yo creo que somos energía y cuando nos morimos, esa energía se convierte en otra persona, un árbol, una mariposa...

- Pues yo creo que cuando la abuela se muera- (la princesa cree que la única causa de muerte es la vejez, por lo que tiene a mi abuela muy presente en este tema) - se va a convertir en una estrella, y me mirará cada noche desde el cielo y yo la saludaré. Creo que se convertirá en una estrella porque es tan bonita y brilla tanto, que creo que será una estrella...

No es nada la piel de gallina que me produjo el escuchar esto, proyectar a futuro este momento, y dialogar con mi hija sobre este tema, como la que me produjo su serenidad al hablarlo...

Nueva lección, de vida, de la mano de mi pequeña: "Mamá, la gente se muere, y no temas, tranquila, que la abuela será una estrella."